domingo, 23 de outubro de 2011

Gargarella e as eleições de juízes

Elección popular de los jueces (con p.d.) Publicadas por rg En Bolivia, el domingo pasado, hubo elecciones para designar a las autoridades judiciales. La elección fue muy mala para el gobierno en ejercicio, dado que la amplia mayoría de los votos (cerca del 60%) fueron en blanco o nulos. En todo caso, hay mucho por discutir sobre el recurso al voto para la designación de los jueces. Como en mucho de lo hecho por la Constitución de Bolivia, hay en la nueva organización judicial notas interesantes y notas muy poco atractivas. La cuestión de la elección popular de los jueces muestra algo de eso. Desde acá no tenemos dudas de que la decisión judicial está muy vinculada con QUIEN decide, y que si la justicia está compuesta, sobre todo en sus posiciones más importantes (como en nuestro país) por una mayoría de jueces varones, blancos, católicos, liberal-conservadores, de buena posición social, las decisiones judiciales van a tener resultados tendencialmente más favorables a los varones, blancos, etc. Esto quiere decir que jueces negros, ateos, etc., garantizarían resultados contrarios? No, ni una cosa ni la otra: hablamos de tendencias esperables, que son compatibles, por ejemplo, con decisiones de algunos jueces varones muy favorables a los derechos de las mujeres, o decisiones de juezas muy poco favorables al género femenino. En todo caso, que la Constitución Boliviana reconozca el punto de la vinculación QUIEN decide-COMO y QUE se decide, es muy importante (hay decenas de análisis sobre el tema, incluyendo estos libros de Sunstein, acá, y Posner, acá). Pero ello, obviamente, puede estar enmarcado, como en este caso, en una aproximación muy simplista y superficial sobre el tema. Si no establecemos formas de diálogo-desafío-control sobre los jueces, desde la ciudadanía, y a partir de la elección de los magistrados, vamos a seguir en un mundo tan inatractivo como el que tenemos (tal vez un poco menos, supongo): jueces "más representativos" (con lo bueno y malo de ello, pero aquí destacaría lo bueno), que al día de ser electos pueden (como cualquier buen-mal representante), independizarse de sus electores, y comenzar a actuar conforme a los beneficios que le prometa el poder de turno. Es decir, más de lo mismo. Es decir, nos quedamos otra vez en la puerta de entrada del problema, y al segundo siguiente nos cierran la puerta en la cara.

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